Asanas (posturas de yoga) como forma de ejercicio: el cuerpo es usado para incrementar la salud o las capacidades físicas, y quizás para mejorar el estado de ánimo. La persona permanece dependiente del movimiento físico para conseguir estos efectos. Aunque puede que se utilicen técnicas de respiración, hay un abrumador énfasis en la manipulación física del cuerpo de una u otra forma. Generalmente, si no se mantiene la práctica física, los beneficios desaparecen: úsalo o piérdelo.
Asanas como forma de yoga: el cuerpo es utilizado como herramienta para controlar o regular la mente. Los beneficios físicos son un efecto extra, o un requisito para profundizar en otras prácticas de yoga. Existe un énfasis en reducir primero el exceso de dosha en los tejidos físicos, para después desarrollar resistencia mental y capacidad de concentración, a la vez que se reduce la frecuencia respiratoria como preparación para el pranayama y la meditación, la cual puede suceder espontáneamente. El principal propósito de todo esto es un movimiento hacia la quietud en la cual la ilusión del “Yo” decrece, con la esperanza de, al final del proceso, desvelar nuestra verdadera naturaleza, nuestro estado original incondicional. Con el paso del tiempo las “impurezas” se van eliminando del cuerpo y de la mente, y las prácticas físicas se vuelven menos necesarias.
Los efectos energéticos de las asanas están basados en los doshas, marmas, gunas y los meridianos/la teoría de nadis, de manera que posturas de yoga específicas realizadas de una determinada manera o en un cierto orden pueden producir, predeciblemente, ciertos efectos en la mente. Estos elementos están en juego en cada momento de nuestras vidas, de manera que diferentes rutinas de ejercicio o, en realidad, cualquier actividad, cosecharán resultados predecibles y pueden ser más o menos “yóguicas”.
Por ejemplo, una actividad como la escalada, que es pausada, precisa, y requiere de una concentración extrema debido al peligro que conlleva, puede ser considerada una actividad más yóguica que asistir a una clase de “yoga” que tenga el claro propósito de acercar la apariencia física de los participantes a la línea marcada por los cánones sociales; lo cual dichos participantes consideran que les hará más felices.
Esta reflexión no es mía, sino que la leí hace mucho tiempo en Facebook. Lamentablemente guardé el texto pero no el nombre del autor.
¿Es yoga lo que están haciendo en las fotos? ¿Por qué? ¿Qué diferencias hay entre hanumanasana y el spagat?
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