En este blog ya he compartido pequeñas dosis de la sabiduría que nos dejó Shunryu Suzuki, tanto en su obra más famosa, Mente zen, Mente de principiante (aquí), como en No siempre será así (en los siguientes enlaces: aquí, aquí y aquí). Hoy os traigo el resto de los fragmentos que guardé cuando leí este último.
Vivir plenamente cada momento
«Intentad reservar cada día un espacio de tiempo para permanecer sentados, sin moveros, sin esperar nada, como si estuvierais viviendo el último momento de vuestra vida. Sintiendo en cada momento vuestro último instante. En cada inspiración y en cada espiración hay innumerables instantes de tiempo. Vuestra intención es vivir cada momento.
En primer lugar, haced la práctica de espirar y después inspirar el aire suavemente. La calma de la mente se encuentra al final de la espiración. Si espiráis con suavidad, sin intentar espirar el aire, vuestra mente entrará en un estado de perfecta quietud. Dejaréis de existir. Al espirar de ese modo, la inspiración surgirá de este estado de manera natural. Aquella vitalidad que lleva a vuestro interior todo cuanto hay en el mundo exterior invadirá todo vuestro cuerpo. Os sentiréis totalmente renovados. Empezad después a espirar, para disolver aquella fresca sensación en la vacuidad. Seguid practicando en cada momento, sin intentar hacer nada».
Abrid vuestra intuición
«Para abrir vuestra naturaleza innata y sentir algo desde el fondo de vuestros corazones, es necesario permanecer en silencio. Por medio de esta clase de práctica adquiriréis una comprensión más intuitiva de las enseñanzas. No hablar no significa ser sordos y mudos, sino escuchar a vuestra intuición.
La mayoría de la gente no se deja engañar por algo sino por sí misma, por su habilidad, su belleza, su confianza o su aspecto. Hemos de saber si nos estamos engañando o no. El daño que pueda haceros alguien que os engañe nunca será tan profundo como el que os haréis si os engañáis a vosotros mismos, lo cual es fatal».
«Hoy en día los jóvenes quedan para salir unos con otros, pero la Iluminación no es algo que podáis encontrar en una cita. Si organizáis vuestra vida de modo que os levantáis por la mañana a una hora determinada, cogéis la bolsa con el desayuno a una hora determinada y os vais a trabajar, en el caso de tener novia o novio, os encontraréis en algún momento. No hay necesidad de quedar. En un momento dado vendrá a la esquina donde soléis veros. Esa es nuestra forma de actuar. Hacer llamadas telefónicas es absurdo e innecesario. Aunque quedéis por teléfono: «¡Eh, salgo ahora!», si no acude a la esquina os sentiréis decepcionados. Pero si no quedáis y sin embargo llega, estaréis muy contentos.
Así es como alcanzáis la Iluminación. No es una broma, sino que estoy hablando de algo real. No fijar ninguna cita significa no esperar ni apegarse a la Iluminación. Cuando estáis animados por la Iluminación, os basta con percibirla, aunque solo sea por un breve instante. El resto del día os sentiréis felices. Pero, si le exigís demasiado, os estaréis apegando a ella».
Encantada de volver a escucharte aunque sea a través de internet
Esperemos que dentro de no mucho pueda ser también en persona 🙂