Un maestro zen recibió un día la visita de un profesor de universidad que le realizó varias preguntas sobre el zen. Tras escucharle, el maestro, en silencio, le sirvió a su visitante una taza de té. Cuando esta ya estuvo llena continuó vertiendo sobre ella el té, que ahora se derramaba sobre la mesa y el suelo.
El profesor observaba, hasta que ya no pudo contenerse más: «¡Para! La taza ya está llena, ¿para qué sigues vertiendo té si ya no cabe más?».
«Al igual que esta taza —dijo el maestro— tu mente está llena de tus propias opiniones e ideas. ¿Cómo puedo enseñarte nada sobre el zen si no vacías antes tu taza?».
[…] hablar de este momento es decir que nuestras tazas de té todavía no están desbordadas. Esta es una metáfora que cogemos prestada de los practicantes zen. A esta hora del día nuestras tazas todavía no se han llenado, aún queda algo de espacio, queda […]
[…] Como en aquel momento creéis que es correcta, seguís la teoría o las reglas, pero también dejáis un espacio en vuestra mente para cambiar de idea. Una mente flexible consiste en […]